Pensamientos de Un Nordic Walker.

Fué una mañana de verano, tropece con ella andando con mis bastones, ya había estado allí pero había sido en piragua, bajando por el río, la primera vez que aparcamos allí me dije: "Este es uno de los rincones de mi río, tengo que venir sólo", y así lo hice aquella mañana, cuando despues de atravesar algunos reductos fortificados por Tamarices llegue a un claro en el que al final se divisaba la corriente del Ebro, comprendi que allí estaba mi momento, aquel era el rincón, acercandome a él, contemplé Agua, Luz, Tierra y  Silencio, silencio roto por el suave rumor de la corriente, el canto de algún pajarillo y el sonido de mis pensamientos. Pensamientos que me dijeron que todo aquel conjunto de sensaciones me lo daban la seguridad de haber hecho el camino buscando algo que todo el mundo necesita, La Paz interior, ese momento tranquilo en el que nos encontramos a nosotros mismos. Esa seguridad que sin querer ser grandilocuente ni mucho menos sacar las cosas de contexto, la vamos sintiendo los que como yo practicamos la Marcha Nordica. Dicen los expertos que es una cura antiestress, personalmente creo que es una de las mejores formas de encontrarnos con nosotros mismos, ponernos pequeños retos que se van consiguiendo con facilidad y que nos animan a seguir incrementando tanto la frecuencia como la intensidad del ejercicio. No estoy hablando de llegar a un estado fisico de competicion, simplemente es comprobar  cómo el tono muscular y la resistencia de todo nuestro cuerpo se afianza cada día. Esas respiraciones profundas, esos giros contrarotación hombro-cadera, ese paso decidido utilizando completamente la forma plantar del pié y ese empuje proporcionado por los bastones cada vez que clavamos en el suelo con el movimeinto de abrir -cerrar mano que nos saca hacia delante, todo eso cuando somos capaces de coordinarlo, realmente estamos Caminando con los Dioses, parece como si el terreno pasara por debajo de nosotros como en una cinta transportadora, nuestra mente se olvida del esfuerzo y llega a un estado de semiincosnciencia en el que el tiempo no cuenta, quiero decir, no cuenta para el resto del mundo porque es nuestro, lo hemos conseguido estamos en "Nuestro Tiempo" ese que siempre hemos dicho que no tenemos, y que ahora lo hemos puesto en el primer lugar de nuestras prioridades. A través de la Marcha Nordica, no se puede decir que todo el mundo sea capaz de encontrar su "Paz Interior", pero por lo menos muchos podrán acercarse a distinguir entre lo que es urgente y lo que es importante. Para mí "Urgente" puede ser el cumplir con todos nuestros compromisos adquiridos por la forma de vida Occidental, "Importante" muy Importante es el saber estar , convivir, valorar y respetar a las personas y eso pienso que se consigue más facil si somos capaces de darle a cada uno "Su tiempo". Lo principal es el saber donde está el nuestro para poder aplicarlo despues a los demás. Con todas estas sensaciones, aquella mañana de verano, deje los bastones, me senté en la playa de Grava, y disfrutando de "Mi tiempo" comence a apilar aquellas piedras en equilibrio, escuchando el sonido de mi respiración, viendo la dureza del escarpe y el lento discurrir de la corriente del Río, de mi Río. Por un momento había estado "Caminando con los Dioses."